martes, 9 de diciembre de 2008



En un baldío,
cinco muchachos juegan a la pelota.
Un hombre pasa.
Lleva una carretilla. Pasa.
Un aire suave
abanica el rostro de la tarde.
A lo lejos, allá...
los palacios del Centro
muestran su espalda al Sol.
La tarde se va.
Lleva un aire de doncella defraudada.
.
En un baldío,
cinco muchachos juegan a la pelota.
Montevideo vive.
No sueña. No espera nada.
Vive.
Lejos suena una bocina.
Qué triste es todo.
Y sin embargo, qué bello es verlo,
mirarlo, oírlo y verlo.

3 comentarios:

amelie dijo...

Linda foto. Me parece estar viéndola en la pared que tengo enfrente...

Beatriz dijo...

Hermoso poema y mejor foto,me gustaría saber desde donde fue tomada y en que año,pues vivo en el Cerro...

Anónimo dijo...

Lo fundamental es el poema. La foto está barbara, pero el poema ni bola? Me refiero a los lectores. Qué pena me dan los montevideanos de hoy día